Desde sus orígenes en la Antigua Grecia, la tarta de queso no ha dejado de evolucionar. Hoy en día es uno de los postres más extendidos en todo el mundo.
Utiliza siempre un queso cremoso; es más fácil de trabajar, no hará grumos y la textura final será más cremosa
Bate la mezcla lentamente, con pala y evitarás que entre aire en la mezcla y no se agrietará durante la cocción
Puedes hacer la base con galletas trituradas o con magdalenas desmigadas. Ponlas en una “bolsa zip” (con “cremallera”) y con unos golpecitos conseguirás la textura adecuada.
Cuando la mezcles con las galletas para hacer la base, debe estar cremosa, no líquida. Pon la masa obtenida en el molde, hornéala 10 minutos y déjala enfriar antes de cubrirla con la masa de la tarta.
Utiliza, si tienes, un molde desmontable o forra el tuyo con papel de horno. Así podrás poner la tarta en el horno o guardarla en la nevera.
Si la cocción en el horno requiere “baño maría”, forra el molde por fuera con papel de aluminio, así no entrará agua.
Si quieres una textura más dura, una vez terminada la cocción, deja enfriar la tarta en el horno. Si quieres una textura más cremosa, deja que se enfríe fuera.
Puedes hacer tu tarta en un horno convencional o en un microondas
Idealmente comeos la tarta el mismo día que la hagas. Si la tienes que guardar, no más de una noche y siempre en la nevera
Cubre la tarta con fruta fresca o congelada, con mermelada, con chocolate fundido o en chips, con almendras trituradas o con azúcar glas… y ¡a disfrutar!.
¡Los arándanos, con sabor dulzón con un matiz ácido, hacen que esta tarta de queso sea realmente irresistible! Aprende a preparar paso a paso una deliciosa tarta de queso con arándanos y leche condensada La Lechera®. Un postre fácil y súper esponjoso perfecto para conquistar a tus amigos y familiares.