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Salsa de quesos IDEAL

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Qué me aporta esta receta...

Salsa de quesos IDEAL
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¿Te gustaría dar a tus platos de pasta un punto más cremoso? La salsa de queso es un condimento ideal para acompañar este tipo de recetas, así como arroces y pescados o carnes a la plancha. Su exquisita textura y su sabor y aroma intensos serán el toque final perfecto que necesitas para convertir cualquier propuesta culinaria en un plato de primera.

La salsa de queso es una receta que admite una inmensa cantidad de variaciones, según la variedad de queso utilizada. Actualmente existen más de 2.000 tipos de quesos diferentes en el mundo entre los que elegir: de leche de vaca, de cabra, de oveja, de búfala o quesos mezcla, quesos frescos o madurados, de pasta dura o blanda, grasos o magros...

En esta receta, apostamos por quesos tan conocidos como el Emmental, el Gruyere, el Brie y el Roquefort para preparar una exquisita salsa de cuatro quesos, con la que seguro que nadie se resistirá a rebañar el plato.

Más abajo, te contamos en detalle qué aporta cada una de las variedades utilizadas a esta salsa de queso. Por si te apetece experimentar, también te contamos todo lo que necesitas saber sobre los tipos de queso más adecuados para preparar salsas como esta, con consejos y recomendaciones para que nunca falles.

Con esta salsa de queso, te proponemos combinar cuatro deliciosas variedades para crear una auténtica sinfonía de sabores y aromas, con una textura suave y cremosa. En esta receta, utilizamos quesos de distinta intensidad, desde la potencia del Roquefort a los quesos curados, como el Emmental y el Gruyere, y quesos suaves, como el Brie. ¡Conozcámosles un poco más!

El queso Brie, elaborado con leche de vaca, se encuadra dentro de la categoría de quesos de pasta blanda. Aunque hoy podemos encontrarlo sin problemas en cualquier supermercado, este tipo de queso es originario de la región francesa de Brie, situada al este de París. Su textura cremosa y su sabor delicado lo hacen muy adecuado para recetas como esta salsa de queso, así como para todo tipo de aperitivos, canapés y entrantes.

El Gruyer, por su parte, es un queso de origen suizo que toma su nombre del cantón en el que se produce. Este queso elaborado con leche de vaca y cuajo triturado se engloba dentro de los quesos de pasta dura. Antes de llegar al mercado, los quesos Gruyer deben madurar durante al menos 80 días, lo que confiere a su sabor y aroma un punto picante.

En el caso del Emmental, esta denominación incluye a cualquier queso de leche de vaca de origen suizo, independientemente del lugar de producción. Este tipo de queso es muy sencillo de reconocer por sus característicos agujeros redondos, resultado de las burbujas de dióxido de carbono producidas durante la fermentación, y su sabor y aroma, que recuerda a la nuez, ideal para la salsa de queso.

¿Y el queso Roquefort? La calidad de este queso francés está reconocida por la distinción de 'Appellation d'Origine Contrôlée' (AOC) desde 1979 y la 'Appellation d'origine protégée' (AOP), desde 1996. Estrictamente, sólo puede considerarse queso Roquefort al elaborado en la región de Causses del Aveyron con leche de oveja de la raza Lacaune.

Los quesos azules como este aportan potencia e intensidad a la salsa de queso. El Roquefort es una de las variedades más famosas a nivel internacional, pero existen muchas más totalmente aptas para esta receta, como el Gorgonzola. Si quieres apostar por el producto nacional, en España también contamos con magníficos quesos azules, como el Cabrales o el Picón de Tresviso.

A la hora de preparar tu salsa de queso es recomendable rallar los quesos duros, como el Gruyere o el Emmental. De esta forma, conseguirás que se fundan más fácilmente y queden bien integrados en la mezcla. Cuando utilizamos quesos de variedades blandas, como el Brie o el Roquefort, solo necesitas retirar la corteza exterior y cortarlos en pequeños trocitos antes de incorporarlos a la salsa.