Tomate frito sin azúcar ni sal añadidos: aclaramos todos los mitos
04/12/2018Cada vez hay más gente preocupada por su alimentación, para llevar una dieta equilibrada. Y según los especialistas médicos, eso significa comer menos grasas, sal y azúcares. ¿Es el tomate frito un alimento saludable? A continuación, aclaramos todos los mitos sobre esta salsa y sobre las variedades de tomate frito sin azúcar ni sal añadidos que podemos encontrar en el mercado.
El tomate tiene azúcar de forma natural, como lo tienen todos los frutos en mayor o menor medida. Pero muchos de los tomates fritos envasados, además, llevan azúcar añadido, un ingrediente que se incorpora a la salsa para contrarrestar la acidez del tomate. El tomate frito Solís sin azúcar, por ejemplo, no lleva azúcares añadidos. Además, en el mercado también existen alternativas de salsas de tomate frito light.
Las salsas de tomate Solís están pensadas para facilitar las comidas de toda la familia, pero también pueden ayudar a llevar una dieta saludable y equilibrada. La marca ha desarrollado variedades para los que quieren cuidarse más y, como decíamos, una de ellas es el tomate Solís Estilo Casero 0% Sal y Azúcares Añadidos, una salsa de tomate sin azúcar añadido que se elabora con tomates de cultivo local procedentes de las Vegas del Guadiana (Extremadura) y aceite de oliva. Además no lleva ni aditivos, ni conservantes y es sin gluten.
Este tomate frito light cuenta solo con el azúcar natural procedente del mismo tomate, porque como hemos dicho, el tomate tiene azúcares igual que cualquier otra fruta. Normalmente somos conscientes de que las frutas contienen fructosa en su composición, pero también las verduras también tienen ese tipo de azúcares naturales en su valor nutricional. Pongamos algunos ejemplos: la remolacha contiene 6,76 gramos por cada 100 gramos de producto, la zanahoria unos 4,74 gramos, la cebolla 4,24, la berenjena 3,50 y el tomate tiene solo unos 3 gramos de azúcares por cada 100 gramos de fruto.
Como en el caso de las frutas, se trata de azúcares naturales que se absorben de forma adecuada porque están acompañados de fibra y otros elementos.
El otro componente a tener en cuenta en una dieta saludable, como decíamos, es la sal. La sal de mesa o cloruro de sodio, ya lo sabemos, puede mejorar el sabor de ciertos alimentos. Sin embargo, los investigadores relacionan la sal en la dieta con la presión arterial alta en algunos pacientes y grupos de población.
Las alternativas a los productos con sal son muy importantes para que los hipertensos no tengan que renunciar al sabor en sus comidas. Existen también opciones de tomate frito sin sal para que puedan disfrutar de platos gustosos, pero igualmente saludables y equilibrados teniendo en cuenta sus necesidades nutricionales. Recordemos que según datos de 2016 de la Revista Española de Cardiología, el 42% de la población adulta española de más de 18 años es hipertensa, una cifra elevadísima. Además, el 37,4% de los hipertensos están sin diagnosticar.
Teniendo en cuenta esa preocupación por la alimentación saludable y las necesidades de las personas, por poner un ejemplo, con hipertensión, el tomate Solís Estilo Casero 0% Sal y Azúcares Añadidos, tampoco lleva sal añadida.
Además, desde 2005 se ha reducido un 40% la cantidad de sal en toda la gama de productos Solís. Se elaboran con una sistema y filosofía similares a como lo haría cualquier persona en casa, eligiendo los mejores ingredientes, siguiendo las recetas tradicionales y poniéndole mimo.
¿Significa todo esto que, en términos generales, la salsa de tomate frito estándar es una salsa poco saludable? Nada más lejos de la realidad. El tomate frito tiene importantes beneficios para tu organismo ya que la acción de algunos de sus antioxidantes, muy beneficiosos para la flora intestinal, se potencia cuando el tomate se cocina. Así pues, en el caso de las dietas probióticas, es mejor la salsa de tomate que el tomate crudo. Este hecho ha sido demostrado por un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia.
A este importante descubrimiento sobre esta clásica salsa, tan presente en nuestra cocina, además, hay que añadir otros beneficios. Por ejemplo, el tomate frito Solís y las salsas de tomate frito sin aditivos no contienen gluten, eso significa que es una salsa totalmente apta para celíacos.
En términos generales, el tomate es una hortaliza importantísima en la dieta mediterránea, con solo 18 calorías por cada 100 gramos de alimento. “La importante cantidad de agua, su riqueza nutricional y su bajo aporte calórico son un buen reclamo para incluir los tomates en la alimentación” recomendaba en La Vanguardia Digital la nutricionista Glòria Tamayo.